Los insectos, como los mosquitos, moscas, jejenes, pulgas, piojos, chinches y cucarachas, conviven frecuentemente con los seres humanos como plagas muy molestas que, además, pueden ocasionar daños considerables a su salud, no sólo por las toxinas que inyectan al alimentarse de los humanos, sino por los agentes patógenos que suelen transmitir y que son causa de numerosas y graves enfermedades.
Las cucarachas en particular viven en lugares donde existe calor, humedad y alimento, como cocinas, despensas, bodegas de alimentos y sitios donde se acumula basura. Pueden encubar agentes patógenos como bacterias, quistes y huevos de parásitos, en la superficie de su cuerpo o por su tubo digestivo, eliminándolos a través del vómito o la defecación. Su control se basa en un buen conocimiento de su biología y hábitos, siendo de primera importancia el aseo y limpieza general.
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