Son múltiples y de variable consideración los daños que ocasionan las poblaciones de roedores. Se estima que destruyen el 20 % de las cosechas de cereales en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó en 33 millones de toneladas las pérdidas de alimentos en un año. Los daños causados por los roedores en la economía doméstica se incrementan por el consumo, contaminación y deterioro de los alimentos disponibles para el aprovechamiento humano y de animales domésticos por las características dentarias (incisivos y conformación mandibular) de ratas y ratones y la gran capacidad de roer materiales de consistencia dura. Lo anterior hace que los roedores produzcan daños de considerable magnitud, tales como cortos en redes telefónicas, daños en aparatos electrodomésticos, deterioro en muebles, obras de arte (pinturas, esculturas de madera, material bibliográfico) y oficinas públicas (destrucción de libros, archivos, expedientes), entre otros.
Pero uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es el peligro que representan las ratas y ratones para la salud del hombre y de los animales domésticos. Entre las enfermedades más importantes que trasmite al hombre se encuentra la peste bubónica, la virosis coriomeningitis, el tifus murino, la salmonellosis, la leptospirosis, la triquinosis entre otras.