En el caso de la carcoma, el principal signo de infestación es la presencia de pilas de serrín cerca de las estructuras afectadas, que en función de la especie de carcoma puede ser muy fino (como el polvo de talco) o más grueso y de forma cilíndrica. Además, también es muy característica la presencia de orificios en la superficie de la madera. Estos agujeros los realizan las formas adultas cuando salen de la madera tras la eclosión de la pupa.
La diferencia que hay entre los agujeros en la madera infectada causada por la carcoma y los agujeros realizados por termitas, es que en el caso de la carcoma estos agujeros estarán claramente abiertos y siempre acompañados de serrín, mientras que en el caso de las termitas, los agujeros estarán recubiertos de barro (ya que los tapan una vez los han usado para lanzar los excrementos) y sin restos de serrín.